En estos días estamos desarrollando sinergias entre Salud sin límites y los estudiantes de la Universidad Duke de Carolina del Norte, USA que son miembros del capitulo Globe Med at Duke http://globemed.org/impact/duke/.
Los voluntarios Eliza Gentzler, Annie Apple, Dan Moore y Phill Reinhart que han llegado a Siuna desde Massachussets, Philadelpia, Carolina del Norte y Ohio respectivamente, comparten sus experiencias por medio de su blogs http://sites.duke.edu/globemedatduke/about-us/, a través del cual expresan sus pensamientos y experiencias respecto a su estancia en Siuna por tres semanas.
Para mí es interesante como estos jóvenes se han motivado por realmente hacer un aporte a la salud global y en particular a apoyar la construcción de un albergue para mujeres víctimas de violencia en Siuna, dado que según nuestros análisis con las distintas organizaciones locales vinculadas a dar respuestas a la problemática de las mujeres y la niñez, esto es una prioridad para mejorar la respuesta efectiva al proceso de justicia y restitución de derechos de las víctimas.
Es sorprendente la magnitud de la violencia hacia la mujer en nuestros municipios, particularmente en solo esta semana los medios de comunicación y la policía nacional han reportado dos feminicidios de adolescentes y una de ellas embarazada de cinco meses. Por otro lado, niñas de doce años han sido mancilladas o abusadas sexualmente por sus propios padres y padrastros respectivamente. Esto se continúa repitiendo al margen de que existe una ley integral contra la violencia o ley 779 que representa una luz para las víctimas y un verdugo para los victimarios. No obstante, todo eso no basta, nuestra cultura machista prevalece y se refuerza con cada caso que queda a la luz de la incapacidad de las autoridades para poder enfrentar este problema de salud publica. Digo incapacidad, porque se les sale de las manos, además porque nuestra sociedad se sigue construyendo sobre bases violentas que solo están provocando mas y mas violencia de género.
Todos como sociedad somos corresponsables de promover una cultura de paz y armonía con nuestras familias al margen de nuestras difíciles realidades socioeconómicas y las inequidades que muchas veces se nos presentan en los distintos ámbitos privados y públicos.
Agradezco sinceramente a todos los jóvenes que sin conocer a nadie de nuestras comunidades, ni a las víctimas se esfuerzan por entregar su tiempo, recursos e ideas para contribuir al bienestar de mujeres que han sido ultrajadas y abusadas de una manera injusta y vil, generalmente por aquel mismo hombre que antes era el amor de su vida y que en muchos casos siguen siéndolo y que a cambio de ello éste le ha montado un machetazo en el brazo, en los dedos o en el peor de los casos en la cabeza y denifitivamente hasta terminan dan fin a su vida.
Con mucho respeto siendo hombre, creo que todas las mujeres independientemente de su condición, realidad y contexto se merecen una vida feliz, por ser dadoras de vida, fuente de alegrías y seres humanos magníficos, como lo son todas nuestras madres, esposas, hijas, amigas, etc. Los hombres podemos ser constructores de paz, generar el cambio esta en nuestras manos, podemos decidirnos a hacer un mundo mejor y mas inclusivo y equitativo, todo depende de nosotros también.